Nápoles bonvivant: comida, música y hermosas vistas

Pasta con mariscos de Locanda 'Ntretella
Pasta con mariscos de Locanda ‘Ntretella

Después de un periodo de hibernación propio de estas fechas, Los Bonvivant volvemos a nuestro cálido rincón virtual para compartir con ustedes un destino con nuestra etiqueta ‘por el mundo’. Esta vez, apenas pasados los Reyes Magos nos escapamos cuatro días a Nápoles, donde pudimos comprobar que es, probablemente, uno de los lugares donde mejor se come en toda Italia, lo que ya es mucho decir. Les explicamos por qué.

Una vez pasado el trago amargo de llegar a la central y repleta de buses y taxis Piazza Garibaldi, recomendamos sumergirse en las profundidades del Metro y escapar hacia zonas más tranquilas. Si de comer se trata, en Nápoles hay sitios literalmente en cada esquina y seguro que pocos defraudan, pero doña Bonvivant hizo los deberes y traíamos en el block de notas un par de lugares a los cuales nos dirigimos una vez llegar. Así que la primera parada después de dejar maletas fue el Barrio Español. Allí nos introdujimos en la Trattoria da Nenella, uno de los lugares más populares de Nápoles, con manteles de papel, camareros dicharacheros y bailarines y precios económicos. Tenemos que decir que aunque no está mal, probamos sitios mejores, aunque sólo por el ambiente merece la pena una visita. En su web, el «menú sonoro» es en vídeo: el cocinero grita ante un móvil que lo graba los primeros y los segundos del día. Es igual, porque están en napolitano, así que lleguen y señalen lo que les llame la vista, que todo está bueno.

A pocas calles de allí y unas horas después visitamos la Locanda ‘Ntretella, donde dimos cuenta de la pasta más espectacular que probamos en Nápoles, unos paccheri alla pescatora con todo fresquísimo, en una terracita de un callejón empinado hacia la Via Toledo.

La pizza Quattro Gusti de Dal Presidente
La pizza Quattro Gusti de Dal Presidente

La pizza es un asunto muy serio en Nápoles. Hay grandes discusiones acerca de cuál es la mejor pizzería de la ciudad. Como teníamos poco tiempo y no podíamos probar cada pizzería, ni siquiera todas las más famosas, decidimos ir a Dal Presidente, en la Via Tribunali. Probamos la Quattro Gusti y estaba riquísima. Recomendamos también probar sus entrantes de tierra: unas berenjenas sublimes.

Algo que no hay que dejar de probar en Nápoles son las cosas dulces. Este lugar es el paraíso de los golosos y una visita a la ciudad está incompleta si no se prueban las exquisitas sfogliatelle –masa hojaldrada, relleno de ricotta–, las graffe –unas berlinas o donas increíbles que a don Bonvivant lo remitieron a su infancia en México–, las crostate y el babà. En casi cada rincón de la ciudad hay lugares donde probar todas estas exquisiteces. Recomendamos especialmente acercarse a La Sfogliatella Mary, un pequeño kiosko en la entrada de la elegante galería Umberto I, donde se pueden probar los más ricos postres napolitanos.

Sfogliatella
Sfogliatella

La última noche en Nápoles, viendo que nos quedaba en la lista un montón de sitios por visitar y probar, decidimos hacer un minitour y probar todo lo que nuestros estómagos aceptaran: empezamos con una tarta de espinacas y ricotta y un panino napolitano en L.U.I.S.E., en la Vía Toledo; seguimos con la clásica fritura napolitana, en Passione di Sofì, donde nos pedimos un mix di terra: arancini, crocchè (croquetitas) y verdure pastelatte (distintas verduras fritas). Por sólo 3€ dimos cuenta de diez frituras de otro planeta. Y terminamos nuestra noche con una copa de lemoncello en Il Vero Bar del Professore mirando fotos de toda la gente famosa que ha pasado por allí.

Pero no sólo de comida se alimenta el espíritu, así que tuvimos tiempo de visitar la histórica y bien cuidada Librería Berisio (Via Port’Alba, 28), y no hace falta hablar italiano para disfrutarla, pues a menudo hacen eventos como en el que participamos, con jazz en vivo mientras degustábamos cervezas exóticas del mundo y aceitunas y pastitas locales a 4€ la bebida con derecho al pica-pica.

Por último, y sólo por razones de espacio, tenemos que decir que si La Boquería de Barcelona es espectacular por su variedad de productos y su bien organizada estructura, no menos espectacular es el mercado de Pignasecca, con puestos en plena calle del mismo nombre y tiendas de alimentación abiertas de par en par, que son toda una llamada a todos los sentidos para quienes nos gusta la comida.

Paradas del mercado de Pignasecca
Paradas del mercado de Pignasecca

El mercado del pescado de Porta Nolana, más canalla y en pleno puerto napolitano, es también más concurrido, seguramente porque es más barato, y en él se encuentran desde mariscos vivos y las verduras más frescas hasta tabaco de dudosa procedencia y ropa a precios irrisorios.

En las antípodas del puerto, como si de un barrio de la Niza más elegante se tratara, el Vomero domina las vistas sobre la ciudad. Es ideal para dar un paseo relajados, tomarse un helado en Fantasia Gelati de la Piazza Vanvitelli (Metro Vanvitelli) y bajar andando por la peatonal Alessandro Scarlatti.

El dicho dice: «Vedi Napoli e poi muori» (Ve Nápoles y después muere). Y Los Bonvivant agregaríamos: Come en Nápoles y después muere… aunque sea de gusto.

Los Bonvivant hemos seleccionado especialmente esta banda de sonido para Nápoles
(Haz clic en la imagen para reproducirla)

Il cuore in Napoli de Mosaico en 8tracks Radio.

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