Desafortunadamente, este restaurante ha cerrado, aun así, les dejamos la reseña.
La historia del Libélula ha sido corta pero cambiante. Este bar, que abrió hace unos años de la mano de unos socios ingleses y australianos, ha pasado desde entonces por dos dueños más y hoy está regenteado por Marco, un italiano que ha logrado darle continuidad al local con unos retoques a la reforma original y una oferta de pinchos y tragos de buena calidad a precios realmente económicos.
El Libélula es uno de esos sitios que ya sólo por su ambiente y su decoración vale la pena visitar, pero como buen sitio triple B de Los Bonvivant, además de encantador aquí se puede (y se debe) venir a degustar pinchos muy bien trabajados a sólo 1,20€, y cañas generosas de San Miguel a 1,50€. Para los bebedores de vino, la selección no es muy amplia pero no decepciona: riojas y riberas del Duero bien escogidos desde 2,30€ la copa. También preparan cócteles y tienen cervezas premium, como la Alhambra reserva o la Franciscaner (alemana de trigo).
Nosotros recomendamos el pincho de palitos de mar con salsa de curry y eneldo, el de albahaca, jamón y cebolla caramelizada o el de morcilla con huevo de codorniz. Si son vegetarianos también tienen opciones, como los de calabacín o champiñones, o el de pimiento del piquillo relleno sobre una cama de lechuga. Y para paladares más aventureros, el de queso de cabra con uva y cebolla morada, entre muchos otros. Sólo hay que tener en cuenta que los pinchos están disponibles únicamente de miércoles a sábado.
Sobre la decoración del lugar, realmente lo mejor es venir y poner atención a cada detalle para sorprenderse con el ingenio y el buen gusto que hay en todas partes. Desde respaldos de sillas antiguas reconvertidos en tiradores de puerta, hasta cacerolas y otros utensilios de cocina que ahora son lámparas, o cucharas que sirven de perchero. Incluso alguna cafetera de bar que hoy hace las veces de (aunque no lo crean) un cómodo y resistente sofá. Hasta en el lavabo hay detalles exquisitos, como una especie de salita de espera y una bañera antigua puesta a modo de lavamanos.
Como no podía ser de otra manera, la selección musical del Libélula es realmente buena, con criterio y buen gusto. Ideal para escuchar buena música de fondo pero al mismo tiempo poder charlar con la pareja o los amigos sin tener que alzar la voz.
La ubicación del bar está un poco escondida en una casi desconocida calle del Raval, pero en realidad se encuentra a unos pasos de lugares muy populares como el Mesón David o la Casa de la Pradera, con la que comparte la Plaça de l’Hort de la Bomba.
También aceptan grupos para celebrar cumpleaños, aniversarios, despedidas o lo que se presente. Consúltenlo con Marco.
Bar Libélula
C/Reina Amalia, 28. Raval. Metro L2 y L3 Paral·lel. Ver mapa
L-J de 18:00 a 1:00. V-S de 18:00 a 3:00
Domingo cerrado
Pinchos 1,20€. Cañas 1,50€. Vino desde 2,30€ la copa
Los Bonvivant hemos seleccionado esta banda de sonido especialmente para el Libélula
(Haz clic en la imagen para reproducirla)
Una recopilación de Valeria De Caprio y Mosaico
Hola familia,
Es uno de esos sitios que me apunto para visitar cuando me de una vuelta por el Raval, la verdad es que se echan de menos lugares así…yo tengo algunas teterías en mi lista por el Gótico 🙂
Date una vuelta, seguro que te gustará. Por cierto, nos has recordado que tenemos un tanto abandonada la sección tés… A ver si nos ponemos a reseñar teterías, nos encanta La Clandestina, en el Gótico!